lunes, 3 de octubre de 2016

Una historia de guerra: Capítulo 21.

Durante las siguientes semanas Atsuko y Mimi se siguieron turnando para dormir con Hayato pero esto acabaría pronto o al menos tendrían que suspenderlo un tiempo pues una noticia había llegado…
Mimi: Hayato-kun, llegó una carta de Mitsuki-hime-sama.
Hayato: ¿Qué dice?
Mimi: Tendremos que reunirnos todos en el castillo, al parecer quiere hacer un anuncio a todos.
Hayato: Atsu-chan, ¿qué crees que vaya a decir?
Atsuko: Si nos llama a todos quiere decir que hay dos posibilidades: La guerra finaliza o volvemos a luchar contra Hinata-hime-sama.
Mimi: ¿Por qué lo dices? ¿Y el grupo que nos atacaba?
Atsuko: Ese grupo… Tiene otras prioridades…
Hayato: Atsu-chan, ¿sabes algo sobre el grupo? ¿Algo que no me hayas contado?
Atsuko: Prefiero no hablar sobre mi estadía allí, sabes que no es algo de lo que me guste hablar.
Hayato: Si sabes algo de importancia deberías decírselo a Mitsuki-hime-sama o al menos a mí, ¿acaso no confías en mí?
Atsuko: ¡Claro que confío en tí! Solo que… no es algo que necesites saber…
Hayato: Si es sobre esta guerra, me incumbe y debo saberlo.
Atsuko: No te vas a morir por no saberlo. *Se voltea y sale de la habitación.*
Hayato: ¡Atsu-chan! Maldición.
Mimi: ¿Quieres que intente que me cuente algo de lo que sabe?
Hayato: Si puedes me harías un gran favor.
Mimi: ¿Cuándo saldremos hacia la capital?
Hayato: Mañana por la mañana. Tenemos que estar en 4 días.
Mimi: Dales el día libre a los soldados, están trabajando muy duro, se merecen un descanso.
A la hora del almuerzo, Hayato se sube a una silla para que todos puedan verlo.
Hayato: Soldados razos, cabos. Hemos recibido noticias de Su Majestad solicitando la presencia de todo el ejército en el palacio dentro de 4 días. Mañana a primera hora partiremos por lo que hoy tendrán el día libre. Si alguien se queda dormido no duden que tendrá un duro despertar. Eso es todo. Disfruten de su día libre y provecho.
Entrada la noche las mujeres van a bañarse a unas aguas termales cercanas a la base todas juntas pero Atsuko decide ir a la más alejada junto a la pequeña Nozomi. Mimi, al verla, entra con ella.
Mimi: ¿Por qué viniste hasta aquí?
Atsuko: No quiero molestar a las demás si Nozomi-chan empieza a llorar.
Mimi: Ni que fuera una gran molestia. Hoy es tu turno de dormir con Hayato-kun, ¿verdad?
Atsuko: Te lo cedo por hoy.
Mimi: ¿Eh? ¿Te das por vencida con él?
Atsuko: Escucha bien, dije: “por hoy”.
Mimi: ¿Es por lo que pasó esta mañana?
Atsuko: Quiero descansar bien y él debería hacer lo mismo. Ninguno va a dormir si entramos a discutir por eso y el viaje será largo.
Mimi: Así que quieres que yo me quede con él para no discutir. ¿Y si simplemente le dices? ¿No sería más fácil?
Atsuko: Si supieras algo que podría poner mal a la persona que amas, ¿se lo dirías?
Mimi: No creo que sea para tanto…
Atsuko: Dime, ¿conoces los motivos tras esta guerra?
Mimi: Es simplemente la disputa entre Diosas que tienen diferentes puntos de vista sobre qué hacer en cuanto a la organización de los híbridos y demás seres vivos y sobre los valores tenidos en cuenta a la hora de establecer “leyes” en esta sociedad.
Atsuko: En verdad no tienes ni idea…
Mimi: ¿A qué te refieres?
Atsuko: Esta guerra inició hace siglos cuando ambas empezaron a disputarse debido a que quieren el control completo sobre el cielo, es decir, el sol y la luna, día y noche. Esto era una pelea entre dioses que no interfería con la vida de los humanos, híbridos ni demonios. Sin embargo, durante una discusión, ambas decidieron poner fin a este conflicto y luchar por una isla muy importante a nivel estratégico, quien triunfara se quedaría con el poder y el control total sobre nosotros, incluso podrían decidir en qué clase social se encontraría cada especie. En algún momento de la batalla un ataque que chocó contra el ataque de su rival provocó daños inmensos en la isla, destruyendo familias. Así fue como los seres que les rendimos culto nos metimos en esto. En ese momento las deidades decidieron que las distintas especias debían aliarse a una u otra diosa para luchar por ellas. Quien gane le dará a las especies que se subordinaron ante ella la seguridad de estar en una escala social superior a las demás. Todo esto nació del egoísmo y la sed de poder de Mitsuki-hime-sama y Hinata-hime-sama. Lo malo es que pocos lo sabemos…
Mimi: ¿En… verdad, todo esto…?
Atsuko: ¿Lo ves? Y esto es solo lo que sabemos sobre las princesas pero ¿y los demás Dioses? ¿Por qué no hacen nada ante ellas?
Mimi: ¿Quiénes saben de esto?
Atsuko: Los sabemos los almirantes de cada especie, yo y ahora tú también además de las princesas.
Mimi: ¿Cómo…?
Atsuko: ¿Cómo me enteré? Mi padre era de un cargo muy alto y yo pasaba mucho tiempo en el castillo cuando niña, solía escuchar cosas que no debía en las charlas.
Mimi: Hayato-kun, ¿sabe algo?
Atsuko: No tiene ni idea de todo lo que hay detrás. Por lo impulsivo que es, mejor que no se entere o querrá luchar contra las diosas.
Mimi: ¿Y el grupo de pura sangre? ¿Tienen algo que ver?
Atsuko: Como dije, tienen otras prioridades.
Mimi: Vamos, ya me contaste todo el trasfondo de esta guerra pero ¿no me vas a contar sobre ellos?
Atsuko: Es otro tema, no puedo hablar de ello.
Mimi: ¿Acaso ellos te hicieron algo? ¿Estás complotada con ellos? No me digas. ¡¿Tienes una relación con alguno de tus captores?!
Atsuko: *Le lanza una mirada intimidatoria ante la cual la joven de ojos dorados queda paralizada.* Nunca traicionaría a Hato-kun; espero que te quede claro.
Mimi: Sí, Atsuko-san.
Atsuko: Mejor voy saliendo, a la beba va a hacerle mal dejarla más tiempo. *Toma a la pequeña en brazos y sale de las aguas; toma una toalla y se envuelve con ella.*
Mimi: Atsuko-san, tienes un buen cuerpo.
Atsuko: ¿Eh? *Se sonroja.* ¡No digas cosas como esas!
Mimi: ¿Por qué si es cierto?
Atsuko: N-no es verdad.
Mimi: Todo tu cuerpo está bien proporcionado, tus pechos tienen un tamaño medio y tus caderas son más tirando a anchas, sumado a eso estás en forma y se ve que cuidas de tu alimentación.
Atsuko: ¿Tú crees?... *Ríe nerviosa.* Supongo que debe ser por el embarazo.
Mimi: ¿En serio? Entonces le pediré a Hayato-kun que me embarace y poder hacerte competencia.
Atsuko: No digas estupideces, no es fácil cuidar a un bebé y menos cuando peleas.
Mimi: No te lo tomes en serio, era una broma.
Atsuko: No bromees con eso.

Luego de que Mimi saliera, Atsuko fue a su habitación. Mimi se dirigió a la habitación de Hayato y al abrirla puerta se encontró al joven híbrido durmiendo plácidamente en su cama y, sin poder aguantar las ganas, ella se recostó junto a él y durmieron juntos el resto de la noche.

Como dije subo este capítulo antes de un mes de subido el anterior. Como siempre voy a dejar los links a mi página de facebook, DeviantArt y Wattpad. Nos leemos luego. ;)

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